lunes, 6 de febrero de 2012

El Club de los Viernes

Ya he terminado con “El Club de los Viernes”, es un libro que creía que alguien me había recomendado, de hecho pensaba que había sido una amiga, Susana, pero no, porque el otro día hablando con ella me dijo que no se lo había leído así que no tengo ni idea de quién pudo ser, lo mismo nadie me ha dicho nada y leí algo en internet, bueno, que no lo sé, el caso es que me compré la edición de bolsillo hace tres semanas y lo acabe ayer.


La verdad es que empecé con muchas ganas y sí que me ha gustado, no ha sido la repera, pero bien, entretenido. Lo que si diría es que es un poco montaña rusa, es el típico libro que no puedes parar de leer hasta que de repente parece que se estanca, sigues y vuelve a estar interesante (emocionante no, todo hay que decirlo), otro bajón, sube otra vez hasta que llega el final que te deja un poco…”pues vaya”.


Me ha gustado sobretodo la idea del Club, mujeres que se reúnen con la escusa de hacer punto, pero acaban siendo amigas, cómplices de sus vidas en muchos casos solitarias, y además vuelve a aparecer la comida…muchos postres!!!,eso me encanta. Y el escenario en Nueva York, cosa que también me agrada bastante.


Los ocho personajes son quizá un poco estereotipados; la madre coraje, la viuda, la solterona, la mujer objeto, la superdotada… pero no es algo tampoco demasiado negativo de hecho es lo que le da el puntillo a la novela. Todas sufren una gran evolución a nivel personal a raíz de conocerse en el Club y todo gira en torno a la protagonista que es Georgia (la dueña de la tienda de lanas donde se reúnen), a la que al final le he cogido un poco de paquete porque durante toooodo el libro el resto de personajes le están constantemente lamiendo el culo y elogiándola, y claro, eso resulta cargante, y además ella es un poco pedante. Para mi si sin duda la mejor es Darwin.


Es un libro de los que he pintarrajeado bastante y es un poco el motivo por el copié la definición de “Buen Libro” que puse en el post anterior: “(…) Con azoramiento, con regocijo, con gratitud, leemos de pronto en cierto párrafo, en cierta línea, la confesión de nuestros secretos más guardados, de nuestros deseos más ocultos, de nuestras intuiciones más indecibles”.


Me gusto mucho una conversación muy cortita que mantienen Anita, que es la viuda y representa la sabiduría, y Peri, que es la joven dependienta de la tienda. En ella Peri quiere tirarle los tejos a James, que es el ex de la jefa y de paso el padre de su hija. Y Anita le para los pies, copio textualmente:


- En esta ciudad es imposible conocer a alguien- murmuró, y añadió con vos apagada-: Y trabajo con un montón de mujeres… (comenta Peri).
- Mujeres inteligentes, no lo olvides. –Anita se alisó la chaqueta, que se le había arrugado al sentarse-. No te preocupes, Peri, cuando sea el momento pondremos en funcionamiento la red de citas a ciegas. Hasta entonces disfruta de tu juventud.
- Es que precisamente se trata de eso. No estoy disfrutando. Salgo con mis amigos a tomar unas copas, a cenar, a los clubs nocturnos, pero eso no hace que me sienta menos sola.
- El remedio para eso, querida, no es encontrar un hombre. Es cuestión de llegar a conocerte a ti misma- Anita le dio unas palmaditas en la mejilla-.
Continua pero esto es lo que me resulta interesante no voy a comentar el por qué puesto que es bastante obvio.


Y ahora voy a copiar alguna frase suelta que he destacado:


“Creo que me he enamorado de mi familia”. “Te felicito, viejo amigo…, hoy por fin te has convertido en un hombre”


“Nunca es tarde para tomar una decisión distinta y nunca es tarde para tomar la correcta”

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